Basándome en una selección de citas que he considerado mas relevantes de la Parte V - "Renunciación" del libro "Bhagavad Gita El Mensaje del Maestro", escribo a continuación unas reflexiones personales sobre las mismas. Están relacionadas con la entrada publicada en fecha anterior, la cual podéis consultar si lo deseáis desde el siguiente enlace:
BHAGAVAD GITA - Parte V. Renunciación (VI)
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"Perfecto renunciante es aquel que no apetece ni rechaza la acción, aquel que
renuncia al agrado y al desagrado. Liberado de los pares de opuestos, sereno y
feliz, puede hacer todo cuanto el servicio le depare; y, sin embargo, puede
igualmente abstenerse de la acción, por no tenerle apego."
Cuando se consigue alcanzar el punto de equilibrio entre la atracción y repulsión hacia cualquier cosa o persona, es decir, cuando ni gusta ni disgusta realizar determinada acción, uno se encuentra en disposición de poder actuar sabia y correctamente al no estar condicionado ni esperar resultado de la acción realizada. El no estar encadenado al resultado de la acción permite tanto el actuar como el no hacerlo.
"Armonizado y sin deseo ni esperanza de recompensa por la acción, el sabio logra la paz. Pero el hombre, ansioso por el fruto de sus acciones, no halla paz, porque lo conturba el deseo de remuneración. Libre el sabio de las acciones y de sus resultados, mora en el templo del Espíritu, al que los hombres llaman cuerpo, y permanece en tranquila paz, sin deseo de acción ni de ser causa de acción, pero dispuesto a desempeñar su parte en la acción cuando lo exijan los deberes de su estado. Porque sabe que aunque su cuerpo, sentido y mente puedan empeñarse en la acción, su verdadero ser permanece por siempre imperturbado."
Cuando se consigue alcanzar el punto de equilibrio entre la atracción y repulsión hacia cualquier cosa o persona, es decir, cuando ni gusta ni disgusta realizar determinada acción, uno se encuentra en disposición de poder actuar sabia y correctamente al no estar condicionado ni esperar resultado de la acción realizada. El no estar encadenado al resultado de la acción permite tanto el actuar como el no hacerlo.
"Armonizado y sin deseo ni esperanza de recompensa por la acción, el sabio logra la paz. Pero el hombre, ansioso por el fruto de sus acciones, no halla paz, porque lo conturba el deseo de remuneración. Libre el sabio de las acciones y de sus resultados, mora en el templo del Espíritu, al que los hombres llaman cuerpo, y permanece en tranquila paz, sin deseo de acción ni de ser causa de acción, pero dispuesto a desempeñar su parte en la acción cuando lo exijan los deberes de su estado. Porque sabe que aunque su cuerpo, sentido y mente puedan empeñarse en la acción, su verdadero ser permanece por siempre imperturbado."
De lo
anterior, quien actúa o deja de hacerlo simple y llanamente por ser su deber y
no por el resultado o recompensa de esa acción o inacción, obtiene armonía y
paz.