jueves, 5 de agosto de 2010

NUESTROS ARQUETIPOS MUSICALES


Nada ha existido desde el principio de la Creación hasta que fue hecho un primer Arquetipo. Al formarse el Sistema Solar, la primera Fuerza de Dios, Voluntad-Creación, aparece la segunda fuerza, Amor-Sabiduría. Este Segundo poder a través de La Fuerza de la Imaginación, concibe la Idea-Arquetipo, del Sistema Solar; entonces la tercera Fuerza, la Actividad, trabajando sobre la Substancia Cósmica, produce movimiento, y la Fuerza Armónica-melódica y rítmica, construye un Arquetipo separado para todo lo que toma forma.

En la cuarta Región del Pensamiento Concreto se encuentran los Arquetipos de todas las formas que se manifiestan aquí en el mundo físico. Allí sin embargo todos los objetos sólidos de la Tierra aparecen como cavidades vacías de las cuales suena continuamente la nota básica. Un Arquetipo es una cavidad hueca, vibrante, cuyo tiempo de Vida es un permanente canto. Su apariencia es algo similar a un molde de yeso aquí en nuestro mundo. Así como se derrama yeso en el molde, y se forma una escultura, así los átomos físicos se ponen en orden con una pauta similar, y forman un cuerpo viviente, ya sea una planta, un animal, un hombre. Cada Arquetipo emite un tono musical armonioso, y es este sonido el que atrae y moldea los átomos físicos, dándole forma.


En la región del bulbo, raquídeo de cada ser humano, colocado en la base de la médula espinal hay una “llama” que pulsa y vibra de la manera más maravillosa. Está coloreada de diferentes matices de acuerdo a la naturaleza de cada individuo. Este fuego emite un sonido como el zumbido de una abeja, y este sonido es la nota-clave del cuerpo Físico tocado también por el Arquetipo. El tono del Arquetipo cambia a través de la Vida, y a medida que cambia, también el cuerpo Denso sufre ciertos cambios.

Cada acto de todo ser humano, tiene un efecto directo sobre el Arquetipo de su cuerpo. Si el acto está en armonía con las Leyes de la Vida y la Evolución, refuerza el Arquetipo y produce una Vida más larga, en la cual el individuo obtendrá el máximo de experiencia y hará crecer el alma de acuerdo con su “status”, en la Vida, y su capacidad para aprender. Entonces menos Renacimientos harán falta para llevarlo a la perfección, que para aquel, que evade las tensiones de la Vida, y se dedica a escapar de sus cargas, o aquel otro que aplica sus esfuerzos destructivamente. En el último modo-de Vida, el Arquetipo es presionado -tensión- y se destruye temprano.

De acuerdo con lo anterior, aquellos cuyos actos, son contrarios a la Ley, acortan sus Vidas, y tienen que buscar nuevas encarnaciones un número mayor de veces que aquellos que viven en armonía con la Ley. Esto se aplica a todos sin excepción, pero tiene mayor significado en la Vida de aquellos, que están trabajando conscientemente con las Leyes de la Evolución, que en las de otros. El conocimiento de estos hechos, debería agregar un ciento por ciento de entusiasmo y gusto por hacer el bien. Aún si hemos tomado conciencia “tarde en la Vida”, podemos adquirir mayores “tesoros” en los pocos últimos años en relación de lo que hicimos, en varias vidas anteriores. Sobre todo, nos estamos preparando mejor para los renacimientos venideros.

Hay doce Oleadas de Vida distintas que han estado trabajando con la humanidad, desde el comienzo del Período de Saturno. Sus nombres son: Aries -Xeofines-, Tauro -Terafines-, Géminis -Serafines-, Cáncer -Querubines-, Leo -Señores de la Llama-, Virgo -Señores de la Sabiduría-, Libra -Señores de la Individualidad-, Escorpio -Señores de la Forma-, Sagitario -Señores de la Mente-, Capricornio -Arcángeles-, Acuario -Ángeles; Piscis -Espíritu Virginales de la Humanidad-. Cada una de estas Oleadas de Vida tiene su propia nota-clave: Aries, Re bemol mayor; Tauro, Mi bemol mayo; Géminis, Fa sostenido mayor, Cáncer, La bemol mayor; Si bemol mayor; Virgo, Do natural mayor; Libra, Re mayor; Escorpio, Mi mayor; Sagitario, Fa mayor; Capricornio, Sol mayor; Acuario, La mayor; Piscis, Si mayor. La nota-clave de una pieza de música, es la tónica o nota fundamental sobre la que se construye la composición musical.

Max Heindel

(Temas Rosacruces, Tomo II, Capítulo V)

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