PISCIS: SACRIFICIO Y SERVICIO (DIÁLOGO GRUPAL)

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[JEH] Aunque no lo diga el diccionario, para mí, sacrificio es hacer sagrado un oficio, hacer con agrado y más grato aquello que hacemos.

Sabemos que todo tiene un coste, que si no pagamos ahora pagaremos más tarde.

Que si queremos algo tenemos que estar dispuestos a canjearlo por otra cosa, tiempo, estudio, dinero, energía, afecto etc. Que hasta el mero cuidado de una planta te exige un tiempo, atención y afecto. Lo mismo con tu pareja, hijos, amigos o cualquier empresa.

Como por ejemplo la construcción del Antakarana, también tiene su coste, ser transmisores de Luz y Amor es un bien para nosotros y para nuestro entorno, pero tiene un trabajo y a mayor avance mayor responsabilidad, los errores tienen mayor coste incluso los de omisión.

Antes de que nuestro cántaro sea llenado debemos de vaciarlo, en realidad el cántaro es una fuente, cuanto más vaciemos más fluidez, más caudal, la fuente es el puente, el antakarana.

Cuando invocamos a lo Superior tenemos que saber que tanto por cien de nuestro yo inferior estamos dispuestos a sacrificar, que parte de nuestras formas de hacer y pensar vamos a renunciar para dar cabida a lo nuevo.

Pero no es fácil renunciar cuando no sabes muy bien a qué hay que renunciar, ni acoger a lo nuevo cuando lo nuevo por su propia naturaleza es desconocido.

El progreso es individual pero asociado al grupo, en Piscis podíamos ser cometas viajeros, ermitaños en cabañas de monte rodeados de naturaleza, pero en Acuario nuestro avance está más asociado que nunca al grupo, a la familia, al entorno.

Como El Ángel Solar asoció su progreso al del ser humano, también el nuestro está asociado a todo lo que nos rodea, a seres humanos que desconocemos, a animales y entidades que ni vemos.

En nuestro avance en la autoconciencia volvemos al Ángel Solar, ya no como un niño que necesita atención, si no como un adolescente que aspira a ser útil al Ser que lo ha sacado de tantos líos.

Las primeras renuncias cuestan por que nos deshacemos de equipaje que nos ha acompañado largo tiempo en el camino, cosas que nos han sido útiles, después nuestras manos están siempre abiertas ofreciendo lo que tenemos, que es todo lo que puede pasar por el puente que hemos construido con lo Divino.

Al final, sacrificio no es esfuerzo porque es dar aquello que se nos da para ser dado.

Cómo trabajar no es esfuerzo si no tratas de evitar de hacer lo que sabes que tienes hacer.

Un abrazo, Jose Enrique