LA ELECTRICIDAD Y LA GRAN INVOCACIÓN

Buscando por Internet, imagino que la causalidad (que no casualidad) me llevo a encontrar este artículo sobre La Gran Invocación, el cual, aunque quizás sea un poco complejo a nivel técnico para quien no se encuentre familiarizado con conceptos, fórmulas eléctricas y con los libros del Maestro Tibetano, puede de todas maneras ofrecernos "algo de luz", valga la redundancia, sobre la interpretación de este importante mántram de la Nueva Era. Vale la pena reflexionar sobre el mismo.

Ha sido extraído del siguiente enlace Electricidad y La Gran Invocación de la web del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo en Iberoamérica, y el artículo, publicado originalmente en inglés, proviene de la publicación "The Beacon" (Vol. LV núm. 8; March/April 1994)

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"La Gran Invocación es una fórmula que hace referencia a las propiedades básicas de la electricidad tal como debiera fluir a través de nuestro sistema eléctrico planetario. Estas propiedades básicas son energía, voltaje, corriente y resistencia. La electricidad es un fluido, muy similar al agua, y nuestra comprensión de la electricidad se profundizará si seguimos la analogía del agua.

La relación entre Shamballa, la Jerarquía y la Humanidad puede ilustrarse haciendo referencia a un modelo de sistema eléctrico. La fuente de Poder planetaria, el generador de electricidad, reside en Shamballa. Sin embargo, la electricidad necesita ser regulada entre la fuente de poder y el punto de uso. La Jerarquía de Hermanos mayores, sirviendo como modulador planetario ("potenciómetro"), regula el flujo de electricidad en circuitos a través del planeta. Finalmente, la Humanidad completa el sistema mediante la utilización de la electricidad de voltaje reducido para el servicio (trabajo). La energía que no es utilizada para el trabajo produce calor, un problema común en el trabajo grupal cuando el calor (fricción interpersonal) consume la mayor parte de la energía, y una fuente común de "mal" (energía malgastada) en el planeta.

En terminología electrónica, Luz, Amor y Poder (Vida) equivalen a corriente, voltaje y energía, respectivamente. La resistencia hace referencia a la capacidad de la Humanidad para servir como conductor de electricidad. La Humanidad puede, o bien transformar la energía en trabajo redentor y servicio (radiación), o disipar energía en calor irredento (caos).

La Energía (P), definida como la capacidad potencial para producir trabajo, se relaciona con voltaje (V) y corriente (I) mediante la fórmula: P= V * I. El Amor (voltaje) es la fuerza creativa (electromotriz) que conduce a la Luz (corriente) a través de un circuito transformando potencialidad (Potencia) en realidad (trabajo, servicio). Siguiendo la analogía del agua, el voltaje es la diferencia de nivel de agua entre la entrada (Shamballa) y la salida (Humanidad). La corriente, por otro lado, es la cantidad de fluido (Luz) que fluye en un circuito. Por lo tanto, a mayor voltaje a una corriente constante o a mayor corriente a un voltaje constante, mayor la capacidad para el trabajo (servicio), o energía.

El voltaje está también relacionado a la corriente y resistencia (R) mediante la fórmula: V=I * R. Esto es, una corriente elevada a una resistencia constante o una resistencia elevada a una corriente constante están asociadas con un voltaje más elevado. Que una corriente más elevada (Luz) está asociada con un voltaje más elevado (Amor) es intuitivamente aparente. Sin embargo, el significado de la relación ente voltaje y resistencia es menos aparente porque la resistencia disipa la energía como calor.

Vencer la resistencia es el propósito básico del Amor, la fuerza electromotriz de este universo. La fórmula V= I * R sugiere que el Amor (voltaje) no puede expresarse sin alguna magnitud mensurable de resistencia. En el caso extremo de resistencia totalmente superada (resistencia = 0), el Amor no puede ser expresado a menos que se invoque el concepto de infinito. La superación progresiva de resistencia puede eventualmente producir una Luz infinita (I = V/0 = oo) que podría relacionar a la materia directamente con la Vida de Dios. Parece que antes de esta apoteosis, el Amor, el segundo aspecto de la divinidad (Hijo), necesita el tercer aspecto (Madre-Materia, resistencia) a fin de encontrar expresión en nuestra vida planetaria. Esta podría ser una clave para el misterio velado por Virgo (la Esfinge) : "Yo soy la Madre y el Niño. Yo Dios, Soy materia." La fuerza redentora del Amor –inextricablemente relacionada con la dualidad- transmuta progresivamente a la materia a fin de convertirla en un canal puro para la Vida de Dios. Sin embargo, en este proceso se produce inevitablemente calor hasta que la resistencia es eventualmente eliminada. De este modo, nuestro objetivo inmediato es minimizar la producción de calor y maximizar la radioactividad ("la luz clara y fría") que resulta del proceso de transmutación.

La práctica de la buena voluntad, mediante el sacrificio y la trascendencia del interés personal, es la mejor receta para reducir la resistencia dentro del circuito eléctrico de la Humanidad. ["Es esencial que los servidores de todas partes –los hombres y mujeres de buena voluntad—tengan una comprensión fresca y clara del trabajo a realizar, y se conviertan en canales de transmisión para la corriente divina y no en puntos egoístas de interferencia." (Telepatía y Vehículo Etérico, pág.154)] Aquí puede residir una clave para la frase "selle la puerta donde mora el mal". Lo que nosotros, como representantes de la Humanidad, estamos invocando es la eventual y total aniquilación de resistencia al "flujo circulatorio divino". Otro aspecto de este sellado hermético puede ser contemplado como la erradicación de los "cortocircuitos", tan numerosos en el seno de la Humanidad, que malversan la energía vertida desde Shamballa. Una vez que este proceso de sellado está completo, relativo –por supuesto- a nuestro estadio de evolución planetario, la cuádruple fórmula eléctrica de resistencia, corriente, voltaje y energía se convierte en la triple fórmula de Luz (corriente), Amor (voltaje) y Poder. Esta es la síntesis expresada en la última frase de la Gran Invocación, a través de la afirmación: "Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el PLAN en la Tierra". De esta manera, es representada la transición de un planeta no sagrado (cuadrangular) a uno sagrado (triangular).

El sellado hermético de la puerta donde mora el mal podría también implicar INCREMENTAR infinitamente nuestra resistencia a las fuerzas del mal y detener su flujo en el planeta. Cómo podemos incrementar nuestra resistencia al mal y, simultáneamente, disminuir nuestra resistencia a la Vida de Dios? La respuesta podría encontrarse en otro concepto de la electrónica moderna: el diodo. Los diodos, (dispositivos que tienen dos electrodos) son semiconductores que permiten el flujo de corriente en una dirección solamente. Esto es, siguiendo con nuestra analogía del agua, un diodo es una válvula de sentido único para el flujo de electricidad. Los diodos son utilizados ampliamente en electrónica para convertir la corriente alterna en corriente directa. En esta función los diodos son llamados rectificadores. Por ejemplo, la tarea de los Hermanos Mayores es similar a la función de un rectificador electrónico (y condensador): crear a partir de los oscilantes esfuerzos de los discípulos espirituales una corriente suave y constante.

Un diodo-rectificador perfecto no ofrece resistencia alguna al fluido de electricidad en una dirección (L-I-V-E) pero al mismo tiempo no permite ningún flujo de electricidad en la dirección opuesta (E-V-I-L). Podemos entonces, tener una visión diferente del problema del mal en nuestro planeta: la INVERSIÓN del "divino flujo circulatorio". Primero, consideramos la obstrucción o resistencia al flujo divino, que es básicamente un problema a ser manejado por los aspirantes y discípulos que ya han rectificado su orientación en la vida ( "la rueda revertida"). Segundo, hemos identificado al problema del mal desde la perspectiva de la mayoría de la humanidad en este punto en el tiempo, quien, todavía no ha reorientado su flujo de corriente e inconscientemente permite el flujo (inverso) del mal en el planeta. La Gran Invocación es también una herramienta para lograr su reorientación tal como hizo el Hijo Pródigo.

Existen otros misterios que podrían descorrer algunos de sus velos si enfocamos nuestra atención en la relación entre voltaje, luz y resistencia. Se ha mencionado anteriormente que una corriente mayor (Luz) se asocia con un mayor voltaje (Amor) y que esta relación es intuitivamente aparente. Sin embargo, es también posible que, a medida que la Luz (Corriente) disminuyó y se aproximó a cero, entonces, la resistencia se aproximó a infinito, y, por consiguiente, no fue posible ningún flujo de corriente a pesar del voltaje (Amor). Esta bien podría haber sido la situación del caos inmanifestado y primigenio, como se describe en la Doctrina Secreta bajo la tríada de Caos-Teos-Cosmos. De acuerdo a las Enseñanzas Herméticas, el Caos es la "substancia" de la que nuestro universo se crea constantemente en un proceso infinito de conversión. La primera estrofa de la Gran Invocación, "Desde el Punto de Luz en la Mente de Dios" podría servir como recordatorio de aquel proceso simbolizado en el prefacio de la Doctrina Secreta por el círculo y el punto dentro del círculo.

Debe comprenderse que nuestro actual conocimiento exotérico de la electricidad es limitado. Sólo dos quintas partes de la fórmula de la verdad concerniente al fenómeno eléctrico ha sido hasta ahora revelada (Tratado sobre Fuego Cósmico, p. 456 versión inglesa).  La electricidad "negativa" del planeta es todo lo que hasta ahora ha sido usado para propósitos comerciales  (Ibid, 524).  Por consiguiente, podríamos esperar que las dos simples fórmulas que han sido tratadas en este ensayo se desvanecerán como casos especiales de una inminente y nueva revelación y su interpretación variará en consecuencia.

Se nos dice que la Gran Invocación es un poderoso mantram basado en siete "formas verbales muy antiguas" (Exteriorización de la Jerarquía, pág.  489 versión inglesa). También se nos dice que "Un mantram, cuando es correctamente entonado, crea un vacío". (Cartas sobre Meditación Ocultista, pág.126) Es una extraordinaria coincidencia que el primer uso importante de la tecnología del vacío en la industria ocurriera alrededor de 1900, en la fabricación de bombillas de LUZ eléctrica.

Es más, el gran avance que hizo posible la electrónica moderna fue la invención del tubo de vacío. El tubo de vacío proveyó un eficiente medio de amplificación de señal mediante el control de la energía eléctricamente y a una elevada velocidad. A pesar de que el transistor moderno de "estado sólido" ha reemplazado mayormente al tubo de vacío, éstos son aún utilizados cuando su habilidad para manejar alta energía y alto voltaje es requerida. La tecnología del vacío es también utilizada para depositar circuitos integrados electrónicos en chips de sílice y para imágenes de TV y tubos de rayos X, entre otros usos. Por lo tanto, la tecnología del vacío ha probado ser muy útil exotéricamente y podría contener aplicaciones esotéricas aún más poderosas. El uso adecuado y la comprensión de la Gran Invocación puede ofrecernos una oportunidad única de servicio planetario.

El poder de las palabras se intensifica si el interlocutor comprende el significado que existe detrás de aquellas palabras. El sexto grupo de "Palabras Sagradas del séptimo Logos, está íntimamente conectado con manifestaciones eléctricas y está "comenzando a funcionar en la fórmula de los científicos... pero afortunadamente para ellos, permanecen como fórmulas escritas y aún no están plasmadas en sonido" (Tratado sobre Fuego Cósmico p.451-2 versión inglesa).

Este ensayo ha procurado aproximarse a los símbolos ocultos, velados en la Gran Invocación utilizando conceptos básicos de la electrónica moderna. La Humanidad tiene la llave para sellar herméticamente la puerta planetaria donde mora el mal. La Gran Invocación es un mantram GRUPAL otorgado por nuestros Hermanos Mayores para lograr ese elevado fin."