martes, 3 de abril de 2018

DIALOGOS CONMIGO MISMO (XIV)


Esta entrada es la continuación de: 


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 Ciencia y Espiritualidad

La falta de entendimiento entre ciencia y espiritualidad. Uno de los problemas que la humanidad deberá resolver en algún momento si el ser humano quiere avanzar en su desarrollo integral.

El principal (y creo que hasta el momento irresoluble) problema que tiene la ciencia, es el de investigar los efectos y no profundizar en las causas que los provocan. El método científico necesita de unos argumentos que, en determinados aspectos, no puede ofrecer la espiritualidad (hasta que la ciencia lo descubra. Recordemos que siglos atrás, muchas de las evidencias que hoy nos resultan familiares y aceptadas, era consideradas como imposibles o irreales), pero aunque así sea, si queremos descifrar muchos de los enigmas que envuelven a la humanidad, los postulados espirituales deberían de admitirse aunque solo fuese en clave de hipótesis o posibilidad, permitiendo a la ciencia de esta manera, quizás llegar a un punto en que, empíricamente, pueda alcanzarse la clave y el descubrimiento de aquello a lo que hasta ahora se ha negado a aceptar.


Control de los Pensamientos

Según las enseñanzas de la Sabiduría Eterna, el ser humano es la unión de un alma y una personalidad. El alma es aquello que le da conciencia y la personalidad son un conjunto de entidades o formas de vida.

Cuando se nos dice que debemos controlar nuestros pensamientos (al igual que deseos y sensaciones) viene debido, a que en muchas ocasiones esos pensamientos son provocados por esa entidad y no por el alma, que debería de ser el auténtico pensador, el auténtico ser humano.

Desde la óptica espiritual, una persona obsesionada es una persona en la que la entidad mental tiene un cierto control sobre el ser humano (en sus obsesiones), de ahí que se insista que se debe intentar mantener a raya los pensamientos negativos, puesto que si no se eliminan, la entidad mental va adquiriendo mayor control.

Evidentemente, se ha de creer en ello para poder encontrarle una lógica a lo anterior pero, he añadido este comentario para poder aclarar el porqué de según que afirmaciones expuestas (desde un punto de vista espiritual).


¿Dejar que cada cual viva su vida o ayudar? 

A veces en la vida se nos presentan situaciones en las que bienintencionadamente deseamos ayudar a seres queridos o amistades, pero dudamos de si debemos hacerlo o no, puesto que "quizás" esa situación conflictiva que está viviendo esa persona sea necesaria para su desarrollo evolutivo. Entonces, ¿debemos o no abstenernos de ayudar?

Desde mi punto de vista es un tema muy delicado.

Se debe saber discernir cuando es o no necesaria nuestra ayuda. Debemos recordar que nosotros mismos estamos siendo ayudados y estimulados (seamos conscientes o no de ello) en nuestra propia evolución. Si no fuese por ese estímulo y ayuda, probablemente llegaríamos igualmente a buen puerto (el karma nos iría dolorosamente guiando), pero lo haríamos mas lentamente.

Un primer ejemplo que me viene a la cabeza podría ser el de la actuación de Buda en el Festival de Wesak. Él se esfuerza tremendamente una vez al año en intentar aportar Luz a la humanidad sin pararse a discriminar si quien la puede recibir es merecedora de ella o no. Ello le representa un esfuerzo y sacrificio enorme, ya que debe de descender de su elevadísimo plano al nuestro, pero no por ello "se aparta" y deja que la humanidad evolucione por sí misma.

Yo entiendo que no siempre debemos dejar de ayudar ni "apartarnos" para que ese ser evolucione por sí mismo, puesto que un impulso dado en un preciso momento, puede ayudar a esa ser a evolucionar mas rápidamente de lo que lo haría por sí mismo, y esta forma de actuar es servicio. Además "apartarse" con demasiada facilidad puede ser una fácil excusa para justificar el incumplimiento de nuestras responsabilidades (en el caso de que se posean).

Al mismo tiempo si no somos lo suficientemente hábiles en discernir cuando hemos de actuar y cuando no, podemos caer en el error de actuar de determinada manera por comodidad y/o evitación de conflictos, y hemos de recordar que la acción genera karma, pero la inacción, también.

Reconozco que este tema, a nivel personal, me resulta difícil. Si no actúo pienso que quizás incurro en responsabilidad , pero si lo hago también tengo la sensación de estar inmiscuyéndome en la vida de otro ser.

Creo que quizás parte de la solución resida en preguntarnos ¿estoy realizando esto porque siento la necesidad de ayudar o porque quiero "imponer" mi criterio? ¿Si ayudo estoy realmente beneficiándolo a el, o a mi mismo?... ¿a los dos? ¿Actúo por altruismo o para obtener reconocimiento y agradecimiento?

Pienso que el secreto reside en saber quien actúa: ¿la personalidad o el alma?

Si actúa la personalidad, esta intentará imponer "su criterio" porqué considerará que el suyo "es el correcto". Si lo hace el alma, ella nunca intentará imponer el mismo por encima del "libre albedrío" del otro, aún a sabiendas de que el libre albedrío de ese ser lo conduzca de forma errónea.

Imagino que en caso de duda, me decantaría hacia intentar ayudar, aunque como he comentado quizás estaría actuando de forma equivocada. Mucho debo aprender aún y mis imperfecciones son numerosas.


Ignorancia, Entendimiento y Comprensión

La ignorancia es desconocimiento, no culpabilidad. Nadie nace enseñado, y la vida siempre en el momento oportuno nos pone a nuestro "maestro particular " (simbólicamente hablando). Nunca estamos solos.

El hecho de que a veces dándole vueltas a las cosas nos perdamos, viene dado por entrar en la frontera entre concreto y abstracto, y el cerebro aquí se detiene. Esa sensación que sientes nos pasa a todos. Indica el intento de comprender lo abstracto con un instrumento inadecuado, el cerebro. Llegados a este punto hemos de utilizar (o desarrollar) la intuición.

Muchas veces somos más intuitivos de lo que creemos (y además a nivel mundial, en la actualidad, se están dando las condiciones para que la humanidad (una parte de ella al menos) despierte la intuición.

Vale la pena estar atentos a lo que nos sucede en la vida

La típica y tópica frase de que "cuanto más sabes más te das cuenta de lo poco que sabes", es totalmente cierta.

La verdad y el conocimiento (como todo en el Universo) evoluciona junto a nosotros. Cuando alcanzamos la cima de una montaña que parecía inaccesible y muy alta, descubrimos que ésta ocultaba otra de más alta y difícil...

Pienso que lo curioso de la meta de la evolución, es precisamente todo lo contrario, no existe "meta".

El Tibetano ya lo dice en uno de sus libros "Veo la meta. Alcanzo esa meta y veo otra meta" (en relación al signo de Sagitario en el libro de Astrología.


Infinidad de Formas de Manifestarse la Vida

La Vida en todo su esplendor intentando manifestar el arquetipo de perfección en esa determinada forma.

Cuando observamos la belleza de la Vida en sus infinitas formas de manifestación, solo cabe reconocer la Grandiosidad del Plan Divino y la relativa insignificancia del ser humano.


Dani


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