Basándome en una selección de citas que he considerado mas relevantes de la Parte II - "Enseñanza Esotérica" del libro "Bhagavad Gita El Mensaje del Maestro", escribo a continuación unas reflexiones personales sobre las mismas. Están relacionadas con la entrada publicada en fecha anterior, la cual podéis consultar si lo deseáis desde el siguiente enlace:
BHAGAVAD GITA - Parte II. Enseñanza Esotérica (III)
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"Lo irreal no es el ser, pues descansa en la ilusión y el falso conocimiento.
Pero aquello que es, nunca dejó ni dejará de ser, pese a las
apariencias."
El
verdadero Ser, al margen de la forma externa
por la que se manifieste ("apariencias"), siempre ha existido
y existirá. Es la forma lo que desaparece pero no la Vida que se expresa a
través de ella.
"...el hombre real no nace ni muere. Siempre ha sido y
seguirá siendo eternamente. El cuerpo puede morir y ser muerto, mas el espíritu
que mora en el cuerpo no puede morir. Así pues, ¿cómo creer que quien sabe que
el verdadero hombre es eterno e indestructible, caiga en la ilusión de suponer
que pueda matar, matarse o ser muerto?"
El
auténtico ser humano (lo que realmente es y no lo que cree ser), no tiene ni
principio ni fin. Las envolturas que lo envuelven (su cuerpo), al estar
compuestas de materia, pueden desaparecer (en realidad quizá sería mas
apropiado decir se transforman, ya que los átomos de los que está compuesto no
desaparecen, se transforman, pero no por ello dejan de existir), pero no la
Energía Vital que lo vivifica, el Espíritu. Por lo tanto, si identificamos al ser
humano con el Espíritu en vez de con los cuerpos de los que está compuesto, éste
es imperecedero.
"Mas si no creyeras en mis palabras y vivieses en la ilusión de tener por realidades la vida y la muerte, tampoco deberás afligirte. Porque así como los hombres han nacido, deberán morir. ¿Por qué, entonces, lamentar lo inevitable?"
Lo anterior es bastante elocuente. Si se cree en la inmortalidad del ser humano no hay motivo para lamentarse, y si no se cree, tampoco, ya que si algo nace, en algún momento deberá morir, por tanto no debería de existir motivo para apenarse por algo que no puede evitarse.
"Quienes no tienen sabiduría ignoran de dónde viene y a dónde va el hombre. Ellos conocen tan sólo su paso por el mundo. Entonces, ¿por qué se quejan?"
A quienes
únicamente le interesa vivir el presente, sin preocuparse de cuál es el motivo
de su existencia, de dónde viene, a dónde va, qué propósito tiene la vida,
etc., poseen una visión muy limitada de la misma. Existen desde la antigüedad
filosofías que ayudan a entender el por qué de algunas preguntas fundamentales,
por consiguiente, lamentarse por hechos y situaciones de las que, por
ignorancia, no se conoce su motivo, no tiene razón de ser.
"Hay quienes se impregnan con la letra de las Sagradas Escrituras; pero, incapaces de penetrar su verdadero sentido, discuten vanamente sobre los textos. Las acerbas controversias y las interpretaciones abstrusas satisfacen a los esclavos de la letra, y en vez de aspirar a la meta espiritual de las grandes almas, se complacen en fútiles placeres. Amplios discursos y pomposas ceremonias inventaron estas gentes, que ofrecen premio por su observancia y amenazan con castigo por su incumplimiento."
Ciertamente,
existen personas muy entendidas en temas religiosos con amplios conocimientos
sobre libros, pero si ese conocimiento queda circunscrito exclusivamente a lo
que la letra literalmente dice y no se consigue extraer e interpretar
correctamente el significado que esos textos intentan transmitir, de poco
servirán los mismos.
"Líbrate de la ansiedad por las cosas de este mundo; no te dejes gobernar por las ilusiones de este mundo perecedero."
Quien
ansía las cosas del mundo, se encadena al mismo.
"Así como el agua que emana de una fuente llena las vasijas de acuerdo con la forma y capacidad de cada una de ellas, así también las enseñanzas espirituales no proporcionan sino la parte que cada cual es capaz de recibir conforme al grado de su evolución."
La
captación del conocimiento espiritual, por muy elevado y verdadero que éste
sea, está en relación directa con el grado evolutivo alcanzado. Según sea la
conciencia del individuo, así será su grado de comprensión.
"... atiende tan sólo al recto cumplimiento de la acción y no a la recompensa que de ella pudiera derivarse. No te inquiete la esperanza del premio; pero no cedas tampoco a la inacción a que suelen abandonarse quienes han perdido toda esperanza de recibir recompensa por sus acciones."
Es
importante no esperar recompensa por una acción bien hecha, ya que el deseo
encadena, pero ello no implica que el resultado de esa correcta acción no se
manifieste en un futuro.
"Por importante que la recta acción pueda ser, ha de precederla el recto pensamiento, porque sin el pensamiento la acción no es consciente."
Uno de
los motivos del pase del ser humano por este mundo es el de adquirir
conciencia. Por correcta que sea una acción, si ésta se efectúa de forma
automática y sin que la misma sea previamente pensada, no creará conciencia.
"...quien fía su bienestar a los resultados de la acción pierde la dicha y se ve miserable y descontento."
Quien
liga su felicidad a la recompensa por una acción, si ésta no llega, nunca alcanzará
la felicidad.
"Quienes renuncien al posible fruto de la recta acción están en camino de dominar el karma."
El
deseo genera karma. Quien no desea (o espera) recompensa por una acción
realizada, no se encadena a la misma.
"Cuando trasciendas la ilusión ya no te conturbarán las discusiones teológicas sobre los ritos, las ceremonias y demás ropajes de la enseñanza espiritual. Entonces te librarás del apego a los libros sagrados y a los escritos de los teólogos y quienes ambicionan interpretar lo que no entienden."
Quien
es capaz de extraer la auténtica esencia contenida en la espiritualidad, no
necesitará de religiones, ceremonias u otros menesteres. Habiendo captado la
auténtica realidad espiritual, se guiará por la misma y no por lo que esté
escrito en algún libro.
"El que alcanza el verdadero conocimiento espiritual se parece a la tortuga que retrae sus miembros bajo el caparazón, pues le es posible retirar sus facultades sensorias de los objetos de sensación y apartarlas de las ilusiones del mundo objetivo protegido por la armadura del Espíritu."
Los
sentidos del ser humano distorsionan la realidad espiritual. Quien alcanza el
auténtico conocimiento espiritual es capaz de retraerse de los mismos y separar
sujeto de objeto, permitiéndole discriminar las ilusiones del mundo objetivo.
"Quien permite que su mente se apegue a los objetos de sensación queda de tal modo envuelto en ellos que terminan por esclavizarlo."
El
apego a una sensación liga al ser humano al mismo hasta encadenarlo por
completo.
"Del apego surge el deseo, del deseo la pasión, de la pasión la insensatez, de la insensatez la apetencia sin freno. De la desenfrenada apetencia resulta el olvido, del olvido la falta de discernimiento, y de ésta la pérdida de todo lo demás. Pero alcanza la paz quien, dueño de sí mismo, obra sin placer ni repugnancia, pensando solamente en el YO."
Un
párrafo que conviene leer detenidamente, dado que contiene (a mi entender) una
muy profunda enseñanza.
Cuando
el ser humano se encuentra apegado a algo, lo desea; ese deseo puede conducirlo
a querer disfrutar del mismo mas a menudo (pasión); algunas veces esa pasión
puede hacerlo actuar de forma poco inteligente (insensatez); si se actúa de
forma poco inteligente se puede llegar a perder el control sobre sí mismo
(desenfreno); el desenfreno podría producir olvido (olvido de sus valores o
principios); ese olvido de sus valores podría producir imposibilidad de saber
qué es lo correcto y qué no (discernimiento); y sin la capacidad de discernir,
prácticamente queda rebajado a la categoría de un animal, carente de
inteligencia y de valores.
Nota: Cuando en el párrafo del Bhagavad Gita
se refiere al YO, se está refiriendo al Yo Superior y no al ego o personalidad.
"No hay conocimiento posible para quien no logra esta paz, pues sin paz no hay serenidad, y cuando ésta falta, ¿cómo puede haber sabiduría?"
Sin
equilibrio (paz) no puede existir serenidad, y sin serenidad, sabiduría.
"Logra la paz aquel cuyo corazón es como el océano en cuyo lecho desaguan todos los ríos sin desbordarlo."
Quien
no se perturba bajo ninguna circunstancia (positiva o negativa) alcanza el
punto perfecto de equilibrio. No existe roce ni fricción en ningún sentido y,
por tanto, se encuentra en paz.
"El que trasciende el orgullo y el egoísmo, alcanza la felicidad."
El
egoísmo es separatista. Todos somos Uno. No se puede ser feliz (al menos
permanentemente) sin que los demás también lo sean.
El contenido de estas enseñanzas y tus reflexiones es tan extenso i tan completo que aún siendo las únicas que llegaran a nuestras manos tenemos la suficiente información como para seguir el recto camino y alcanzar la liberación al cabo de muchas encarnaciones.
ResponderEliminar("...quien fía su bienestar a los resultados de la acción pierde la dicha y se ve miserable y descontento.")
(Quien liga su felicidad a la recompensa por una acción, si ésta no llega, nunca alcanzará la felicidad.)
En realidad quien busca la felicidad es la personalidad, no el Alma, es por esta razón que deseamos una recompensa.
Aunque alcanzáramos la felicidad personal que anhelamos no seria el gozo ni la alegría que provienen del ser interno, porqué todo cuanto tiene un auténtico valor espiritual únicamente podemos hallarlo en nuestro interior, no en la recompensa que proviene de algo o alguien externo a nosotros.
Gracias Dani por compartir.
Un fuerte abrazo
Gracias Marta.
EliminarEl Bhagavad Gita, junto a la Luz del Alma y el Nuevo Testamento, es uno de los tres libros que según el maestro D.K. todo estudiante esotérico debería tener en su biblioteca.
Intentaremos ir comentando futuras entradas.
Un fuerte abrazo