Una de las facultades mas difíciles de conseguir, a mi entender, es la del discernimiento. En los tiempos que nos ha tocado vivir es importante el saber discernir entre lo correcto y lo incorrecto; lo veraz de lo falso; lo útil de lo inútil; lo real de lo irreal...
Hoy en día, con las nuevas tecnologías, podemos tener acceso a muchísima información, pero esta misma facilidad de acceso también permite tergiversar, cambiar, malinterpretar, manipular o incluso falsear la misma. ¿Quién no se ha encontrado alguna vez un mismo artículo atribuido a personas distintas?, o lo que es peor, ¿escritos plagiados atribuidos a determinado autor?
Motivaciones diversas provocan que parte de la información que circula, sobre todo por internet, no sea cierta (al menos en su totalidad). De un tiempo hacia aquí han aumentado el número de canalizaciones que, supuestamente, se atribuyen a maestros debido principalmente a la proximidad del año 2012, año éste que, para algunas personas, representa un "antes y un después" en la historia de la humanidad. Profecías apocalípticas; cambios de ciclo; ascensiones planetarias; expansiones de conciencia;... infinidad de artículos están a nuestra disposición para ser consultados. Entonces, ¿quiero decir con esto que no tiene valor determinada información que se le atribuyen a algunos maestros? No es eso lo que quiero decir. Puede que la información sea muy válida incluso en el supuesto de que no pertenezca a ellos, pero el hecho de que sea atribuida a maestros puede hacernos creer ciegamente en la misma, sin pasar por el necesario filtrado que toda información que nos llega debería poseer.
¿Cómo podemos entonces saber que información es o no cierta? Difícil es poderlo saber con certeza, pero es aquí donde entra en juego el discernimiento.
Hemos de intentar discernir entre toda la información que nos llega. Para ello deberíamos hacer caso a nuestra conciencia y actuar en consecuencia. La conciencia no suele equivocarse y suele ser una buena consejera a la hora de elegir. También puede ser útil leer publicaciones y autores diversos para de esta manera poder contrastar la información con la de otros, y así poder elegir la que mejor se acomode a nuestra manera de ser.
Os dejo a continuación un breve texto, atribuido a Buda, el cual comenta lo expuesto anteriormente:
Motivaciones diversas provocan que parte de la información que circula, sobre todo por internet, no sea cierta (al menos en su totalidad). De un tiempo hacia aquí han aumentado el número de canalizaciones que, supuestamente, se atribuyen a maestros debido principalmente a la proximidad del año 2012, año éste que, para algunas personas, representa un "antes y un después" en la historia de la humanidad. Profecías apocalípticas; cambios de ciclo; ascensiones planetarias; expansiones de conciencia;... infinidad de artículos están a nuestra disposición para ser consultados. Entonces, ¿quiero decir con esto que no tiene valor determinada información que se le atribuyen a algunos maestros? No es eso lo que quiero decir. Puede que la información sea muy válida incluso en el supuesto de que no pertenezca a ellos, pero el hecho de que sea atribuida a maestros puede hacernos creer ciegamente en la misma, sin pasar por el necesario filtrado que toda información que nos llega debería poseer.
¿Cómo podemos entonces saber que información es o no cierta? Difícil es poderlo saber con certeza, pero es aquí donde entra en juego el discernimiento.
Hemos de intentar discernir entre toda la información que nos llega. Para ello deberíamos hacer caso a nuestra conciencia y actuar en consecuencia. La conciencia no suele equivocarse y suele ser una buena consejera a la hora de elegir. También puede ser útil leer publicaciones y autores diversos para de esta manera poder contrastar la información con la de otros, y así poder elegir la que mejor se acomode a nuestra manera de ser.
Os dejo a continuación un breve texto, atribuido a Buda, el cual comenta lo expuesto anteriormente:
"El Señor Buddha dijo que no debíamos creer una cosa tan sólo por oírla; ni en las tradiciones por su antigüedad; ni en los rumores de las gentes; ni en escritos, porque hayan salido de mano de sabios; ni en fantasías que sospechemos haber sido inspiradas por un deva; ni en las deducciones que podamos sacar de alguna hipótesis que formulemos; ni en lo que nos parezca analógicamente necesario; ni en la sola autoridad de nuestros instructores y maestros. Pero hemos de creer todo cuanto en enseñanzas orales o escritas sea corroborado por nuestra razón y nuestra conciencia. “Por esto –dice el Maestro en conclusión–, os enseñé a creer no lo que habéis oído tan sólo por oírlo, sino que cuando vuestra conciencia crea en ello, obréis de plena conformidad con ello y fecundamente."
La Doctrina Secreta tomo VI (H. P. Blavatsky.)
Si no hay discernimiento y reflexión, tampoco habrá auténtico conocimiento. Podremos aprendernos un libro de memoria, pero no habremos llegado a la enseñanza.
ResponderEliminarTienes toda la razón Ana. Conocimiento sin cribaje ni asimilación igual a tiempo perdido
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