martes, 24 de septiembre de 2019

DIALOGOS CONMIGO MISMO (XLVI)




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Sabiduría e Intuición

Por mucho que se diga y se ofusquen algunas personas en decir que la Sabiduría nos viene dada por la intuición y no por el conocimiento, la realidad es que el conocimiento es indispensable para poder obtenerla, dado que es por medio del conocimiento que se desarrolla una de las facultades indispensables en el Sendero, "el discernimiento". Por medio del mismo se aprende a elegir lo correcto de lo falso, lo necesario de lo inútil.

A medida que se adquiere conocimiento, éste se transmuta en Sabiduría por medio de las experiencias personales contrastadas con ese conocimiento adquirido, desechando lo obsoleto y erróneo y adquiriendo de nuevo y verdadero a medida que el ser humano evoluciona.

Llegados a cierto punto, ese conocimiento "ya no nos es necesario", no porqué sea inútil, sino que nuestra evolución llega a un punto que nuestra sabiduría nos llega por medio del conocimiento directo (la intuición), pero... para llegar a este punto, hemos de estar muy, pero que muy evolucionados...



El Propósito de Encarnar

Encarnamos para poder desarrollar la potencialidad divina existente en todo ser humano, y es por medio de la experiencia en la materia por la cual poco a poco vamos irradiando esa divinidad a medida que evolucionamos, y al mismo tiempo, a medida que el ser humano empieza a irradiar esa Luz interna, purifica la materia de la que están compuestos sus cuerpos.

La maldad es un efecto colateral de la manifestación.



Mal Carácter y Enfermedad

¿Podría el mal carácter generar enfermedades?

Posiblemente, dado que el mal carácter es fruto de la insatisfacción personal al no conseguir lo que uno desea; la falta de tolerancia con respecto a las circunstancias y los demás; la no conformidad con el presente actual o posible futuro... en resumen, negarse a aceptar el destino que cada uno se ha forjado por su karma personal, o el no querer aprovechar las oportunidades de progreso espiritual que, aunque molestas, el alma exige.

Toda energía mal canalizada que provoque fricción, tarde o temprano comportará congestión, y esa congestión, si no se resuelve, afectará inevitablemente a la salud.



Realidad

La realidad está relacionada directamente con lo que la conciencia percibe.

Tu no le puedes decir a un ciego que está equivocado porque no ve los colores o la Luz. Su realidad es totalmente "real" para él dado que uno de los instrumentos por los que adquiere conciencia (el sentido de la vista) se encuentra alterado. Pero "su" realidad está totalmente fuera de toda duda para el).

Lo anterior podemos extrapolar hasta donde nuestra imaginación y conciencia nos permita.

Seguro que a niveles más elevados (y con instrumentos de percepción más refinados, adaptados al grado espiritual de cada ser) "nuestra realidad" no es como creemos, aunque para nosotros así sea.

El universo y todo lo que lo integra, existe por algún motivo que (por el momento) no alcanzamos a comprender, pero de bien seguro que cuando merezcamos poseer una conciencia más expandida, mucho de lo que ahora creemos, veremos que estábamos equivocados, y al mismo tiempo entenderemos de forma sencilla, lo que ahora no podemos comprender.

Resumiendo, todo es real para el grado de conciencia de cada ser. A medida que cambia la misma, también lo hace la realidad circundante



Conciencia Superior

En algunas publicaciones he leído que cuando se alcanzan unos grados elevados de espiritualidad, la conciencia del individuo se funde con la del Ser Superior, dando a entender que desaparece entonces la conciencia del individuo siendo ésta absorbida por la del Ser Superior. A mi entender, la conciencia individual no se pierde. Es esa conciencia individual la que nos permite "ver" las diferencias existentes entre el sujeto y los sujetos y entre el objeto y los objetos, diferencias estas sólo en apariencia, puesto que en esencia somos lo mismo.

La conciencia individual habría de permitir obtener esa "visión" particular y "única" sobre lo objetivo desde lo subjetivo, permitiendo de esta forma ampliar la Conciencia Superior a la que esas conciencias individuales pertenezcan.

De otra manera... ¿Nadie se ha preguntado alguna vez el por qué de la necesidad de ser todos diferentes, si en el fondo todos somos lo mismo, a no ser que el motivo sea el poseer (como si fueran sensores) infinidad de perspectivas diferentes, a los efectos de que el Ser Superior pueda tener una mayor y más detallada información sobre lo que, su Plan evolutivo se halla propuesto desarrollar?
 
 
 
Infinidad de Combinaciones de Rayos
 
7 rayos y múltiples maneras de servir.

Si a los 7 tipos de rayos de una personalidad (se entiende que integrada) se le añaden los 7 tipos de rayos posibles del alma, unidos éstos a los 7 monádicos, podremos imaginar levemente (7×7×7=343, que sumado el resultado final da 10, el número de la perfección) cuántas posibilidades de servicio podría ejercer el ser humano, sin olvidar la influencia que ejerce el rayo del Logos Planetario, el de la propia Tierra, el Solar, y las subdivisiones entre los mismos y con ellos mismos... Una inacabable combinación de formas de servicio.


Dani

martes, 10 de septiembre de 2019

DIALOGOS CONMIGO MISMO (XLV)




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Cronología Personal Espiritual (un estímulo para nuevos estudiantes)

Durante años, el deseo de respuesta a esa inquietud espiritual que tarde o temprano el ser humano experimenta en algún momento de su existencia (como alma al menos), me llevó a leer diversas publicaciones y libros, la mayor parte de ellos orientados desde la óptica Teosófica y orientalista.

En un momento dado, el destino me brindó la oportunidad de leer uno de los libros que contenían parte de las enseñanzas que el Maestro Tibetano (Djwhal Khul) transmitió a la humanidad a través de Alice A. Bailey (libros conocidos habitualmente con el nombre de "libros azules").

Desde las primeras páginas, su contenido despertó en mi persona un profundo interés hacia sus enseñanzas aún no siendo, a veces, éstas de fácil lectura.

Con los años, y habiendo leído prácticamente todos sus libros, puedo decir a nivel personal y sin miedo a equivocarme, que existe un antes y un después desde el mismo momento en que leí, en una de las recopilaciones de su obra ("Reflexionen sobre Esto"), su primera frase.

La dificultad de sus textos (dificultad ésta que viene dada por tratar mucha de su enseñanza de conceptos abstractos a los cuales nuestra mente concreta le resulta muy difícil entender) no representó (en mi caso) ningún obstáculo. "Algo" me decía que continuase leyendo aunque, en un principio, poca cosa podía asimilar.

Me sorprendió a mi mismo la decisión tomada, puesto que había pasado muchos años de mi vida leyendo lecturas teosóficas y de otros tipos, y sabía que no aceptaba de entrada cualquier texto que no hubiese estado primeramente filtrado por mi discernimiento, análisis y razonamiento. Lo que pusiese en un libro, por sagrado o importante que éste representase para mucha gente, no implicaba mi directa aceptación si no armonizaba internamente con mis principios. Por tanto, me sorprendía esa atracción magnética de sus textos y, aún más, no captando al principio muchas de sus explicaciones.

En la actualidad, y observando ya desde la lejanía de ese primer día, creo saber que la decisión que tomé fue la correcta, afirmándomelo determinadas circunstancias personales y situaciones vividas.

Espero que esta pequeña reseña personal de mi introducción en las enseñanzas del Maestro Tibetano, sirva de aliciente y estímulo para quienes, en un principio, se sientan desanimados al no entender y/o asimilar muchas de sus enseñanzas.

Con todo esto, en ningún momento quiero decir que otro tipo de enseñanzas no sean igual, o incluso, más válidas que las del Tibetano. Cada uno de nosotros tenemos unas características, cualidades y aspectos que hacen que un determinado tipo de enseñanza se adapte mejor a nuestra forma de ser. Verdad hay Una. Maneras de llegar a ella, diversas.

Por último, solo aconsejaros que si decidís iniciaros en las enseñanzas de Djwhal Khul o de cualquier otra, no utilicéis las mismas de manera egoísta. El conocimiento conlleva responsabilidad, y ese conocimiento y responsabilidad, si no es utilizado en la dirección correcta, solo sirve para generar karma.



El Mal

El mal es el efecto colateral de la manifestación del bien. Es el residuo del proceso evolutivo. Es la imposibilidad de poder manifestar la perfección divina a través de la materia. Todo bien se convierte en mal cuando una vez experimentando determinado proceso necesario en la evolución del Ser, éste se niega a proseguir su natural desarrollo, se ancla a la materia y cristaliza.

El bien y el mal son inseparables en tanto exista manifestación puesto que, a partir del momento en que el Espíritu se manifiesta y limita a través de la materia, Él mismo podrá expresar mayor o menor perfección dependiendo del grado evolutivo de la misma, pero ese límite, por sutil que éste sea, no dejará de ser un límite.



El Tiempo

El tiempo es la distancia en el firmamento que existe entre la voluntad o propósito del solicitante y la realización de lo solicitado.



 Fenómenos Atmosféricos y Karma

Las emociones están íntimamente ligadas al Plano astral, y éste al elemento agua. Los pensamientos al mental, y éste al fuego.

No se ha de ser demasiado observador para verificar que el cambio climático está necesariamente vinculado al ser humano. No tanto por lo que el puede contribuir (que contribuye) con el mal uso de los recursos de la Naturaleza, sino como con toda la atmósfera de malos pensamientos y deseos que envuelve a nuestro planeta.

Por lógica, sería de esperar que, si no se impide la proliferación de malos hábitos en el ser humano a nivel de emociones y pensamientos, vayan incrementándose fenómenos atmosféricos adversos.

Existen en la actualidad muchas personas que ya no se encuentran tan condicionadas por las emociones (conciencia atlante) pero sí por sus pensamientos (conciencia aria). Por tanto, inundaciones y fenómenos relacionados con el agua han de esperarse, en la medida que existe aún en buena parte de la humanidad la conciencia polarizada en las emociones, pero irán en aumento los fenómenos relacionados con el fuego (polarización mental) como erupciones volcánicas, terremotos (que no dejan de ser los movimientos producidos por las placas tectónicas en el interior del planeta producidas por el movimiento del magma) e incendios.

¿Podemos evitar su proliferación? No solo podemos sino que deberíamos. Es cierto que algunos de estos fenómenos escapan a nuestro control desde el momento que vienen marcados por el karma planetario (y la humanidad tiene mucho que ver con el mismo) y los propósitos del Logos Planetario en la reestructuración de su forma física (la Tierra) a los efectos de preparar Su cuerpo para la recepción de una Iniciación, pero si evitamos contribuir con nuestros malos pensamientos y malos deseos al mantenimiento de la tóxica atmósfera que envuelve al planeta, estaremos:

primero, contribuyendo a facilitar que la transición sea mas rápida para el Logos y menos traumática para todos los seres que forman su cuerpo de manifestación, es decir, toda la vida planetaria;

segundo, contribuir a la realización del Plan Divino, facilitando y no impidiendo su manifestación en la Tierra.

Podríamos resumirlo simplemente como: No podemos evitar el karma del pasado, pero si no generarlo para un futuro.



El Perdón

El perdón es perdón, se mire como se mire.

Lo que a veces se comenta en frases como perdón, en realidad es el "olvido" y/o el "desapego" a esa acción, emoción o pensamiento, no el perdón.

El perdón es un aspecto de la divinidad en el que, la comprensión del otro, el no guardar rencor hacia el otro y el saber que el otro es, al igual que uno mismo, una fracción del Uno, permite romper el vínculo (no el kármico) que impide que esas dos personas puedan seguir evolucionando sin estar ligadas por el rencor, odio, rabia... etc.

Pocos de nosotros realmente perdonamos puesto que intentamos olvidar, pero no aceptar que quien nos dañó, tiene un recorrido evolutivo a desarrollar y que éste a veces implica relaciones humanas en las que alguien sale perjudicado.

Los grandes Seres sí perdonan puesto que saben, sienten y entienden que quien les dañó no deja de ser él mismo pero en estadios evolutivos muy anteriores e inferiores.


Dani

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