miércoles, 26 de marzo de 2014

BHAGAVAD GITA - Parte XIII. El Conocedor y lo Conocido (XIV)


Fragmento de texto del libro "Bhagavad Guita El Mensaje del Maestro" escrito por "Yogui Ramacharaka". El libro es una compilación de diversas traducciones sobre este episodio de la grandiosa epopeya Hindú conocida con el nombre de Mahabarata.
 
 
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PARTE XIII.
 
EL CONOCEDOR Y LO CONOCIDO


ARJUNA. – Ruégote que me digas, ¡oh Señor bendito!, qué es el yo personal y qué el Ego, el conocedor. Háblame del conocedor y de lo conocido.
 
KRISHNA. – A lo que tú llamas yo personal lo llaman los filósofos lo conocido.
 
A lo que tú llamas Ego lo llaman los filósofos el Conocedor.
 
Y sabe, ¡oh príncipe!, que Yo soy el conocedor de lo conocido en cualquier forma que aparezca y se manifieste.
 
La comprensión del Conocedor y de lo conocido es sabiduría digna de logro.
 
Escucha ahora mis palabras acerca de la naturaleza, semejanza, composición, origen y modificaciones de lo conocido, como también del Conocedor de lo conocido y sus características.
 
Brevemente te referiré lo que han cantado los sabios en variedad de himnos y que aparece en muchos versículos de las Sagradas Escrituras con gran acopio de pruebas, argumentos y razones.



La personalidad está constituida por los cinco principios a que los sabios llaman conciencia personal, entendimiento, fuerza vital, centros sensorios y órganos de los sentidos.
 
A esto añaden el amor y el odio, el placer y el dolor, la sensibilidad y la firmeza.
 
Tal es, ¡oh Arjuna!, lo conocido con sus características.
 
La Sabiduría espiritual consiste en la humildad, modestia, mansedumbre, misericordia, rectitud, obediencia, pureza, perseverancia, dominio propio, desapego y altruismo.
 
Así se conoce la verdadera naturaleza del nacimiento y de la muerte, de la enfermedad y la vejez, del dolor y la imperfección.
 
También conduce a desligar al poseedor la sabiduría de su mujer, hijos y hogar.
 
Dispensa un constante equilibrio de mente y ánimo, a pesar de las vicisitudes de la vida.
 
Igualmente induce a la sabiduría a inquebrantable devoción hacia Mí, para adorarse en parajes apartados, lejos de las enloquecedoras multitudes.
 
Asimismo infunde amor al Espíritu que todo lo penetra, invita a la meditación sobre la naturaleza de la sabiduría y la meta a que ha de llegar quien sigue su sendero.
 
Éste es el verdadero conocimiento. Todo lo demás es ignorancia.
 
Ahora te diré cuál es el objeto de la sabiduría, y si lo comprendes alcanzarás la inmortalidad.
 
El objeto de la sabiduría es aquello que los filósofos llaman Brahma o Vida universal.
 
La Vida universal no tuvo principio; en consecuencia, ni es Ser ni No-Ser.
 
Ella envuelve al universo hasta sus últimos extremos.
 
Aunque carece de sentidos, manifiesta plenamente todas las facultades perceptivas.
 
Desligado de todo, todo lo sostiene, y exento de cualidades, las resume a todas.
 
Está dentro y fuera de los seres; es simultáneamente animado e inanimado, inmóvil y semoviente.
 
Es tan sutil que resulta imperceptible e invisible, y aunque muy próximo, está muy lejos, sin embargo, de la veneración.
 
Es indiviso en su naturaleza e infinito en la apariencia.
 
Es la matriz de todas las cosas, y la causa de la creación y la destrucción.
 
Es el manantial de Luz que fulgura allende las tinieblas.
 
Es la sabiduría, el objeto de la sabiduría y lo que puede obtenerse por medio de la sabiduría.
 
Así queda brevemente explicado lo que es el campo o lo conocido, es decir, el YO personal; lo que es el conocimiento y el objeto del conocimiento.
 
Te he revelado el secreto de la Substancia de Vida y su distribución en las formas. Quien así lo conozca morará en Mí.
 
Has de saber, Arjuna, que ni la materia ni el espíritu tuvieron principio; sabe también que en la materia están inherentes y de ella dimanan todas las modificaciones y cualidades.
 
La materia es la determinante de las cosas y de los efectos. Es el origen de la acción.
 
Sabe asimismo que el espíritu que reside en la materia está afectado por las cualidades de ésta y recibe las impresiones de la vida material, que son las que ocasionan el placer y el dolor.
 
Las consecuencias de estas impresiones y el apego del ego por su manifestación personal lo obligan a renacer en diversidad de circunstancias y condiciones hasta alcanzar la sabiduría necesaria para liberarlo de las cualidades, que son las que lo atan a los objetos del mundo material.
 
El ego es la naturaleza superior del hombre, que inspecciona, dirige, protege y comparte la vida del cuerpo en que se aloja.
 
Quien así conozca el espíritu y la materia no volverá a nacer.
 
Algunos contemplan en estado de meditación el Alma universal en la Naturaleza y el alma individual en el cuerpo.
 
Otros la contemplan renunciando a los frutos de la acción, y otros ejerciendo obras buenas.
 
Hay también quienes no han descubierto esta verdad por sí mismos ni en sí mismos, pero la oyeron de ajenos labios y meditan sobre ella.
 
También éstos, si la escucharon con atención y la cumplieron con fidelidad, subsistirán más allá de la muerte.
 
Has de saber, ¡oh príncipe!, que todas las cosas, animadas e inanimadas, nacen de la combinación del espíritu con la materia, de la unión del Conocedor con lo conocido.
 
Realmente ve, quien descubre el Alma universal inmanente en todas las cosas.
 
Al ver al Alma universal inmanente en todas las cosas, no cae en el error de identificar el Yo con el No-Yo, y libre así de la ilusión de moralidad, entra en el sendero supremo.
 
En realidad, ve quien percibe a la personalidad que ejecuta las acciones, y al ego que permanece inactivo.
 
Cuando percibe que las manifestaciones y modalidades de la materia tienen su raíz en la Vida única y que es de allí que se diversifican en ramas y hojas de infinita variedad, entonces se identifica con la conciencia de la Vida única.
 
¡Oh príncipe!, aunque el Espíritu reside en la forma corpórea, es inactivo e impasible, porque su naturaleza carece de cualidades y está más allá de la acción y de las modificaciones.
 
Como el éter universal que todo lo penetra y sin embargo nada lo afecta debido a su extrema sutilidad, así tampoco el Espíritu se contamina aunque penetra todas las formas, y las conoce porque es el Conocedor de lo conocido.
 
Así como el sol ilumina todo su sistema planetario, así el Alma universal ilumina toda la Naturaleza, y el Único Conocedor conoce todo el campo.
 
El que por virtud de la sabiduría espiritual percibe la diferencia entre el ego y la personalidad, entre el espíritu y los principios de la materia, entre el Conocedor y lo conocido, verdaderamente percibe la liberación del ego de la ilusión de la materia y la personalidad, y alcanza el estado de conciencia espiritual en que todo se ve como la única Realidad.


Así concluye la parte decimotercera del Bhagavad Guita, titulada:

EL CONOCEDOR Y LO CONOCIDO


(VER SIGUIENTE EPISODIO)

4 comentarios:

  1. Frases para reflexionar:

    "KRISHNA. – A lo que tú llamas yo personal lo llaman los filósofos lo conocido. A lo que tú llamas Ego lo llaman los filósofos el Conocedor. Y sabe, ¡oh príncipe!, que Yo soy el conocedor de lo conocido en cualquier forma que aparezca y se manifieste. La comprensión del Conocedor y de lo conocido es sabiduría digna de logro."

    "La Sabiduría espiritual consiste en la humildad, modestia, mansedumbre, misericordia, rectitud, obediencia, pureza, perseverancia, dominio propio, desapego y altruismo."

    "La Vida universal no tuvo principio; en consecuencia, ni es Ser ni No-Ser. Ella envuelve al universo hasta sus últimos extremos. Aunque carece de sentidos, manifiesta plenamente todas las facultades perceptivas. Desligado de todo, todo lo sostiene, y exento de cualidades, las resume a todas. Está dentro y fuera de los seres; es simultáneamente animado e inanimado, inmóvil "

    "Has de saber, Arjuna, que ni la materia ni el espíritu tuvieron principio; sabe también que en la materia están inherentes y de ella dimanan todas las modificaciones y cualidades. La materia es la determinante de las cosas y de los efectos. Es el origen de la acción. Sabe asimismo que el espíritu que reside en la materia está afectado por las cualidades de ésta y recibe las impresiones de la vida material, que son las que ocasionan el placer y el dolor. Las consecuencias de estas impresiones y el apego del ego por su manifestación personal lo obligan a renacer en diversidad de circunstancias y condiciones hasta alcanzar la sabiduría necesaria para liberarlo de las cualidades, que son las que lo atan a los objetos del mundo material. El ego es la naturaleza superior del hombre, que inspecciona, dirige, protege y comparte la vida del cuerpo en que se aloja."

    "Has de saber, ¡oh príncipe!, que todas las cosas, animadas e inanimadas, nacen de la combinación del espíritu con la materia, de la unión del Conocedor con lo conocido. Realmente ve, quien descubre el Alma universal inmanente en todas las cosas. Al ver al Alma universal inmanente en todas las cosas, no cae en el error de identificar el Yo con el No-Yo, y libre así de la ilusión de moralidad, entra en el sendero supremo. En realidad, ve quien percibe a la personalidad que ejecuta las acciones, y al ego que permanece inactivo. Cuando percibe que las manifestaciones y modalidades de la materia tienen su raíz en la Vida única y que es de allí que se diversifican en ramas y hojas de infinita variedad, entonces se identifica con la conciencia de la Vida única. ¡Oh príncipe!, aunque el Espíritu reside en la forma corpórea, es inactivo e impasible, porque su naturaleza carece de cualidades y está más allá de la acción y de las modificaciones. Como el éter universal que todo lo penetra y sin embargo nada lo afecta debido a su extrema sutilidad, así tampoco el Espíritu se contamina aunque penetra todas las formas, y las conoce porque es el Conocedor de lo conocido. Así como el sol ilumina todo su sistema planetario, así el Alma universal ilumina toda la Naturaleza, y el Único Conocedor conoce todo el campo. El que por virtud de la sabiduría espiritual percibe la diferencia entre el ego y la personalidad, entre el espíritu y los principios de la materia, entre el Conocedor y lo conocido, verdaderamente percibe la liberación del ego de la ilusión de la materia y la personalidad, y alcanza el estado de conciencia espiritual en que todo se ve como la única Realidad."

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  2. Quizás algún día descubriremos que en nuestro humilde nivel, somos el Conocedor y lo conocido al mismo tiempo.
    Cuando surja esta identificación comprenderemos que la dualidad que siempre está presente en nuestra vida es una vana ilusión, y que lo único Real es la Unidad Esencial sin principio ni fin.

    Gracias Dani por ofrecernos estas joyas tan preciadas.

    Un fuerte abrazo

    Marta

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    Respuestas
    1. Tanta cosa por descubrir y tan difícil saber por donde empezar.

      Este capítulo en cuestión lo he encontrado sumamente interesante, hasta el extremo que me ha resultado difícil resumir las frases más importantes.

      Gracias Marta por aportarnos con tus comentarios mas luz al tema.

      Un fuerte abrazo

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  3. ¡Qué belleza de exposición de la sabiduría más profunda a la que todos tenemos que llegar y ojalá que prestemos atención a nuestro caminar para no demorarnos demasiado! El Yo personal, yo inferior, lo conocido, lo que se ve con los ojos físicos, es la personalidad. El Ego (con mayúscula), el conocedor, el alma, es nuestro Yo Superior. El conocedor, el alma, nuestro Yo Superior, es la esencia divina que se manifiesta en todo lo conocido, porque materia es espíritu en su ínfima expresión. Cada uno de nosotros somos el Conocedor y lo conocido en distintos grados y lo iremos entendiendo a medida que desarrollamos el Ego, nuestra esencia divina.

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