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Ciencia y Espiritualidad
La falta de entendimiento entre ciencia y espiritualidad. Uno de los
problemas que la humanidad deberá resolver en algún momento si el ser
humano quiere avanzar en su desarrollo integral.
El principal (y
creo que hasta el momento irresoluble) problema que tiene la ciencia, es
el de investigar los efectos y no profundizar en las causas que los
provocan. El método científico necesita de unos argumentos que, en
determinados aspectos, no puede ofrecer la espiritualidad (hasta que la
ciencia lo descubra. Recordemos que siglos atrás, muchas de las
evidencias que hoy nos resultan familiares y aceptadas, era consideradas
como imposibles o irreales), pero aunque así sea, si queremos descifrar
muchos de los enigmas que envuelven a la humanidad, los postulados
espirituales deberían de admitirse aunque solo fuese en clave de
hipótesis o posibilidad, permitiendo a la ciencia de esta manera, quizás
llegar a un punto en que, empíricamente, pueda alcanzarse la clave y el
descubrimiento de aquello a lo que hasta ahora se ha negado a aceptar.
Control de los Pensamientos
Según las enseñanzas de la Sabiduría Eterna, el ser humano es la unión
de un alma y una personalidad. El alma es aquello que le da conciencia y
la personalidad son un conjunto de entidades o formas de vida.
Cuando se nos dice que debemos controlar nuestros pensamientos (al igual
que deseos y sensaciones) viene debido, a que en muchas ocasiones esos
pensamientos son provocados por esa entidad y no por el alma, que
debería de ser el auténtico pensador, el auténtico ser humano.
Desde la óptica espiritual, una persona obsesionada es una persona en la
que la entidad mental tiene un cierto control sobre el ser humano (en
sus obsesiones), de ahí que se insista que se debe intentar mantener a
raya los pensamientos negativos, puesto que si no se eliminan, la
entidad mental va adquiriendo mayor control.
Evidentemente, se
ha de creer en ello para poder encontrarle una lógica a lo anterior
pero, he añadido este comentario para poder aclarar el porqué de según
que afirmaciones expuestas (desde un punto de vista espiritual).
¿Dejar que cada cual viva su vida o ayudar?
A veces en la vida se nos presentan situaciones en las que
bienintencionadamente deseamos ayudar a seres queridos o amistades, pero
dudamos de si debemos hacerlo o no, puesto que "quizás" esa situación
conflictiva que está viviendo esa persona sea necesaria para su
desarrollo evolutivo. Entonces, ¿debemos o no abstenernos de ayudar?
Desde mi punto de vista es un tema muy delicado.
Se
debe saber discernir cuando es o no necesaria nuestra ayuda. Debemos
recordar que nosotros mismos estamos siendo ayudados y estimulados
(seamos conscientes o no de ello) en nuestra propia evolución. Si no
fuese por ese estímulo y ayuda, probablemente llegaríamos igualmente a
buen puerto (el karma nos iría dolorosamente guiando), pero lo haríamos
mas lentamente.
Un primer ejemplo que me viene a la cabeza
podría ser el de la actuación de Buda en el Festival de Wesak. Él se
esfuerza tremendamente una vez al año en intentar aportar Luz a la
humanidad sin pararse a discriminar si quien la puede recibir es
merecedora de ella o no. Ello le representa un esfuerzo y sacrificio
enorme, ya que debe de descender de su elevadísimo plano al nuestro,
pero no por ello "se aparta" y deja que la humanidad evolucione por sí
misma.
Yo entiendo que no siempre debemos dejar de ayudar ni
"apartarnos" para que ese ser evolucione por sí mismo, puesto que un
impulso dado en un preciso momento, puede ayudar a esa ser a evolucionar
mas rápidamente de lo que lo haría por sí mismo, y esta forma de actuar
es servicio. Además "apartarse" con demasiada facilidad puede ser una
fácil excusa para justificar el incumplimiento de nuestras
responsabilidades (en el caso de que se posean).
Al mismo tiempo
si no somos lo suficientemente hábiles en discernir cuando hemos de
actuar y cuando no, podemos caer en el error de actuar de determinada
manera por comodidad y/o evitación de conflictos, y hemos de recordar
que la acción genera karma, pero la inacción, también.
Reconozco
que este tema, a nivel personal, me resulta difícil. Si no actúo pienso
que quizás incurro en responsabilidad , pero si lo hago también tengo
la sensación de estar inmiscuyéndome en la vida de otro ser.
Creo que quizás parte de la solución resida en preguntarnos ¿estoy
realizando esto porque siento la necesidad de ayudar o porque quiero
"imponer" mi criterio? ¿Si ayudo estoy realmente beneficiándolo a el, o a
mi mismo?... ¿a los dos? ¿Actúo por altruismo o para obtener
reconocimiento y agradecimiento?
Pienso que el secreto reside en saber quien actúa: ¿la personalidad o el alma?
Si actúa la personalidad, esta intentará imponer "su criterio" porqué
considerará que el suyo "es el correcto". Si lo hace el alma, ella nunca
intentará imponer el mismo por encima del "libre albedrío" del otro,
aún a sabiendas de que el libre albedrío de ese ser lo conduzca de forma
errónea.
Imagino que en caso de duda, me decantaría hacia
intentar ayudar, aunque como he comentado quizás estaría actuando de
forma equivocada. Mucho debo aprender aún y mis imperfecciones son
numerosas.
Ignorancia, Entendimiento y Comprensión
La ignorancia es desconocimiento, no culpabilidad. Nadie nace enseñado, y
la vida siempre en el momento oportuno nos pone a nuestro "maestro
particular " (simbólicamente hablando). Nunca estamos solos.
El
hecho de que a veces dándole vueltas a las cosas nos perdamos, viene
dado por entrar en la frontera entre concreto y abstracto, y el cerebro
aquí se detiene. Esa sensación que sientes nos pasa a todos. Indica el
intento de comprender lo abstracto con un instrumento inadecuado, el
cerebro. Llegados a este punto hemos de utilizar (o desarrollar) la
intuición.
Muchas veces somos más intuitivos de lo que creemos
(y además a nivel mundial, en la actualidad, se están dando las
condiciones para que la humanidad (una parte de ella al menos) despierte
la intuición.
Vale la pena estar atentos a lo que nos sucede en la vida
La típica y tópica frase de que "cuanto más sabes más te das cuenta de lo poco que sabes", es totalmente cierta.
La
verdad y el conocimiento (como todo en el Universo) evoluciona junto a
nosotros. Cuando alcanzamos la cima de una montaña que parecía
inaccesible y muy alta, descubrimos que ésta ocultaba otra de más alta y
difícil...
Pienso que lo curioso de la meta de la evolución, es precisamente todo lo contrario, no existe "meta".
El Tibetano ya lo dice en uno de sus libros "Veo la meta. Alcanzo esa
meta y veo otra meta" (en relación al signo de Sagitario en el libro de
Astrología.
Infinidad de Formas de Manifestarse la Vida
La Vida en todo su esplendor intentando manifestar el arquetipo de perfección en esa determinada forma.
Cuando observamos la belleza de la Vida en sus infinitas formas de
manifestación, solo cabe reconocer la Grandiosidad del Plan Divino y la
relativa insignificancia del ser humano.
Dani
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