Artículo de Virginia Gawel facilitado por Paola desde la red social Tendencia Vital
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Son así: diferentes. Insisten en hallar un sentido que vaya más allá de la mecanicidad en que tantos se mueven día a día; vivencian la compasión como algo natural, y buscan dónde ejercer el natural acto de servir; aman la belleza, los vínculos con hondura, el silencio fecundo; de modo sencillo o más vehemente, tienen urgencia por dejar una huella en la vida, por mejorar el mundo, aunque sea en su entorno más cercano. Intentan a diario poner en práctica sus mejores valores, con coraje y sensitividad, aun equivocándose.
Entonces… claro: no es inusual que personas así se sientan raras. Y podría decirse que lo son: pero preciosamente raras, como esas perlas o piedras de sutiles colores, difíciles de hallar. El problema es cuando este “sentirse raras” se traduceanímicamente como si fuera “ser defectuosas”. Y es que a veces ser diferente genera rechazos, burlas o discriminaciones, como las que padeciera Juan Salvador Gaviota por querer explorar el cielo para perfeccionar su vuelo, en vez volar para meramente subsistir. Entonces sufren, y se preguntan: “Por qué no puedo ser como los demás?”. Veamos por qué…
La mayoría de los seres humanos a medida que crecen y van interactuando con el mundo se desconectan de su propia esencia, su núcleo más íntimo, su verdadera identidad. Adquieren, en cambio, una identidad condicionada por el entorno, masificada, modelada por mandatos ajenos. En cambio, estas otras personas “raras” experimentan una enorme necesidad de ser fieles a lo más interno de sí. Y esto suele tener una consecuencia (sobre todo en la primera mitad de la vida): la de no encajar en el mundo. Como decía Herman Hesse, “tienen una dimensión de más”: la conciencia de que la vida es un camino, y de que en él encontramos las condiciones que nuestra interioridad necesita para ir siendo cada vez más completos, ayudando a otros para que lo sean. A lo largo de tantos años de ser terapeuta y docente investigué con constancia a personas que vivencian ese “no encajar en el mundo”. Así, vi que era necesario ponerle un nombre a ese sentir, y le llamé inadecuación esencial: una falta de pertenencia a las reglas del mundo, con la sensación dual de experimentar el gozo de sentirse en contacto con lo profundo, y a la vez percibirse como “fallado” por no ser “como los demás”.
Si la persona trabaja sobre sí, puede llegar a comprender que “no encajar” en la gran bandada significa que hay otra bandada: la de los que no encajan por los mismos motivos. Entonces, lo importante será no aislarse: abrirse al encuentro de quienes cultivan similares valores, y tomar conciencia de que no se está solo. Thoreau lo dijo así: “Si alguien no marcha a igual paso que sus compañeros, puede que eso se deba a que escuche un tambor diferente. Que camine al ritmo de la música que oye, aunque sea lenta y remota...”. Siguiendo esa música hallamos nuestro lugar en el mundo, nuestro sentido de existir; dejamos de percibirnos como defectuosos para, en cambio, celebrar nuestra singularidad y acompañar a otros a dignificar la propia. Nos vamos convirtiendo en agentes de cambio, marchando junto a los que escuchan un ritmo similar al nuestro. Somos muchos los que estamos en el mismo camino. Allí es donde sí encajamos los que sentimos “no encajar en el mundo”. Y es que estamos construyendo otro mundo! Para ese mundo nuevo, se requiere tu mano de obra. Porque, como en un Gran Concierto, las notas que ejecutes desde tu partitura son irremplazables: todos nos necesitamos de todos para que la más bella música sea cada vez menos remota...
Esta es una descripción muy ajustada y muy real de lo que para algunos, es la realidad que se va encontrando a su alrededor a lo largo de su vida.
ResponderEliminarCuando eres joven, (hablo por mi misma) te sientes diferente a los demás porqué experimentas sensaciones y ves cosas que los demás no piensan ni ven. En muchas ocasiones te sientes acomplejada porquè nadie te comprende ni le interesa lo que tu piensas o como bien dice Virginia Gawel se burlan de ti, esto es muy cierto. Entonces intentas ser como son ellos para no sentirte rechazada.
Pero al paso de los años surge de dentro una gran frustración, una crisis de consciencia que nos despierta a la realidad de lo que somos. Es entonces cuando surge con gran fuerza el verdadero Ser y ya no nos importa lo que piensen los demás.
Cuando se produce esta cambio, aparecen en nuestra vida otras personas que sienten lo mismo que nosotros, con las quales podemos compartir mutuamente nuestras inquietudes.
Mientras no confiamos en nosotros mismos lo único que hacemos es levantar barreras que nos impiden encontrar a quienes comparten el mismo camino.
Descubrirse a si mismo es descubrir la Realidad.
Gracias Dani, como siempre tus entradas son aleccionadoras e impulsan a ser uno mismo.
Un fuerte abrazo.
Marta
Parece ser así Marta.
ResponderEliminarDe pequeño tuve problemas de sociabilidad al sentirme diferente a la inmensa mayoría (aunque tampoco puedo ahora presumir de ser un ser muy sociable). Llegó la época en que considerándome "raro" intenté interesarme por lo que la sociedad consideraba "normal". El fracaso fue estrepitoso, dado que con el tiempo aprendí que cuando se intenta ser lo que no se es, aparte de tampoco gustar a los demás, dejas de gustarte a ti mismo.
Según se comenta en el artículo, Juan Salvador Gaviota es una de las obras con la que, primero leída y después visualizada en film, me identifico plenamente.
Es difícil ser diferente en un mundo de iguales, pero a medida que vas poniendo años encima y vas descubriendo que existen otros "calimeros" o "patitos feos" al igual que tu, este descubrir de que no estas del todo solo, te incita a seguir buscando a esa comunidad de "cisnes", los cuales quizás también nacieron entre patitos pero que finalmente encontraron su lugar en la manada.
Gracias como siempre por tu comentario Marta.
Un fuerte abrazo
Por suerte todo esta cambiando y cada vez somos mas los que estamos en esta búsqueda lo que hace que ya no te sientas ni aislado ni fuera de lugar,despues de tanto tiempo pensando que no encajas en ningun sitio empiezas a sentir que estes donde estes estas en casa.
ResponderEliminarun abrazo Dani
Gracias por tu comentario y presencia Zanne.
ResponderEliminarAunque tus comentarios no son frecuentes, los mismos siempre dejan una agradable y reconfortante sensación de calidez.
Bienvenidos son tus comentarios y tu presencia en este blog Zanne
Un fuerte abrazo