En algunas ocasiones, leyendo otros blogs que tratan de temas espirituales, he observado que algunos de sus autores a veces critican a otras filosofías, autores o formas de entender la espiritualidad. Ello me va a servir para desarrollar el presente artículo y ofreceros mi humilde opinión al respecto.
A veces encuentro artículos en Internet los cuales me parecen interesantes. La mayor parte de veces, no me resultan nuevos los mismos ya que llevo cierto tiempo estudiando temas de estas características aunque no exactamente desde la perspectiva en que algunos autores los orientan, pero me gusta contrastarlos con otras maneras de interpretarlos, por eso mi interés de ver “otros enfoques” de los mismos temas.
Su labor de difusión de cierto tipo de sabiduría esotérica es evidente, pero también lo es (a veces) el hecho de que, algunos, con el tiempo han ido aumentando su empeño por descalificar otras doctrinas, filosofías, autores, creencias, etc.
Si bien es cierto que la utilidad de su labor no la cuestiono, yo recomendaría a sus autores que canalizasen toda la energía en enseñar y no en descalificar, cuestionar y criticar las otras formas de entender la vida de las otras personas (sean o no correctas), ya que el erigirse en poseedor de la verdad, a parte de ser falso (puesto que nadie en el nivel en que nos encontramos encarnados en un plano físico puede ni tan solo atisbar un destello de la misma) puede producir el efecto contrario al que se pretende, es decir, en vez de atraer la atención y la curiosidad de los lectores por adentrarse en los caminos espirituales, sentirse los mismos ofendidos por cuestionar sus principios que, aún en el supuesto de que fuesen incorrectos, no dejan de ser “sus principios”. Si esto ocurre, la labor de “despertar conciencias” fracasará puesto que esas personas que se sentían atraídas hacia esas enseñanzas se sentirán atacadas y por acto reflejo se alejarán probablemente de la senda espiritual.
En mi caso en concreto por ejemplo, a veces me encuentro que se menciona a determinados maestros, los cuales nunca en la vida he oído hablar de ellos, pero sus comentarios me parecen que van alineados en la dirección correcta, sean los mismos, canalizados, materializados o telepáticamente transmitidos por quien sea. No me interesa tanto si quien los ha hecho públicos es un personaje fiable o no y si lo que se les atribuye a esos maestros ha sido efectivamente transmitido por los mismos. Lo que transmite me parece válido y eso es lo único que me interesa. Lo importante es el fondo no la superficie. No importa tanto que ese autor/a sea de dudosa reputación o no cumpla con lo que predica si lo que transmite es positivo y, sobre todo, AYUDA a los demás.
Por otro lado, cada ser es un mundo y no todos los seres van a evolucionar de la misma manera ni con las mismas “doctrinas”, dado que hasta que no se llega a un alto grado de perfección espiritual, existen múltiples formas de alcanzar el Sendero, y lo que para uno puedan resultarle absurdas las creencias del otro, al otro puede parecerle exactamente lo mismo.
Cuando se empieza a tener cierto grado de espiritualidad, el auténtico Ser interno se encarga de discernir todo lo que le llega, lo que es correcto de lo que no, lo que se encuentra en armonía con su propia alma de lo que no. Vibraciones similares atraen experiencias similares, por tanto es una pérdida de energía intentar convencer a los otros de que su filosofía es la verdadera, ya que quien esté preparado responderá al llamado y quien no lo esté no lo hará.
Desde mi humilde opinión, (la cual, como toda opinión es muy discutible la misma) creo que quien quiere difundir la Sabiduría Divina, debe mantenerse al margen de toda crítica a otras formas de entenderla, ya que se trata (pienso yo) de “despertar conciencias”, de “encender las chispas”, no de destruir los cimientos que otros hayan erguido (sean sólidos o no). La fruta, cuando está madura, ya cae por su propio peso… Es inútil despertar a quien no se encuentra preparado y menos agrediéndole en sus creencias y maneras de entender la vida.
En algunos de los comentarios que dejan algunos de sus autores, sentencían mas que opinan. Lo que piensan lo expresan con una rotundidad tan aplastante que la sensación que dan (al menos por mi parte) es de una arrogancia y una prepotencia absolutas.
La humildad es una facultad imprescindible en el trabajador de la Luz y es totalmente incompatible con la “arrogancia espiritual”. Cuando se llega a cierto grado de desenvolvimiento del “cuerpo mental”, se corre el riesgo de caer en el error de creerse superior a los demás. Uno se siente superior al ver que entiende y comprende (o al menos eso se cree) mas que los otros y esto da pie a un enaltecimiento del ego (la personalidad). Se aferra a una doctrina o creencia y se encarga de destruir lo que el considera “espejismo” en los otros. Este “orgullo espiritual” va en dirección diametralmente opuesta al verdadero sentido de la espiritualidad, que es la integración y no la separación. El alma integra, la personalidad separa. Hemos de intentar hacer mas caso a los dictados del alma que a los de la personalidad, de lo contrario se corre un alto riesgo de caer en el “auténtico espejismo” de la separatividad.
Intentemos unir y no separar y respetemos todas las creencias de los demás por muy absurdas que puedan llegar a parecernos.
Dani
Un comentario muy interesante y muy cierto Dani,
ResponderEliminarCuando se posee mucho conocimiento espiritual (que no significa comprensión ), es muy fácil caer en el orgullo y crear separación entre nosotros y todo cuanto nos rodea.
Cuando criticamos, en vez de dirigir la energía hacia los centros superiores la hacemos descender al plexo solar, " la Puerta donde se halla el Mal " que debe ser cerrada por la fuerza de la comprensión y el amor hacia todo cuanto existe.
Gracias
Un fuerte abrazo
Me gusta leer otras publicaciones que traten los mismos temas con los que me identifico, y veo que a veces se ataca duramente a determinadas personas que quizás sí cometieron errores (como todos), pero lo que transmiten, aunque no sea del todo preciso o ellos mismos no pongan en práctica lo que predican, no deja de ser valioso.
EliminarHemos de "sellar la puerta donde se halla el mal", pero es muy difícil, mucho. Aún así, no hay que desfallecer.
Un fuerte abrazo Marta
Creo que no se puede seguir a alguien que no practica lo que predica ..el clasico "has lo que yo digo pero no lo que yo hago" por que mas alla de escuchar frases lindas debemos escuchar frases verdaderas que a veces no son tan simpaticas noi lo que queremos escuchar ..creo que mas que un mensaje bonito importa un mensaje verdadero y coherente sino...es poco serio, es mi humilde opinion con algo de sentido comun...
ResponderEliminarTienes razón Walter, pero aunque a veces lo que se difunde no se practique por quien lo difunde, no resta valor a esa enseñanza si verdaderamente es correcta. Lo importante no es la persona sino lo que pueda llegar a transmitir esa persona.
EliminarAl querer indicar en el artículo que lo importante son las enseñanzas y no quien las difunde, he querido resaltar que no debemos dar tanta importancia a quien predica (una personalidad) y sí mas a lo que se predica (procedente de un alma avanzada).
Con todo, no suelen darse contradicciones en los auténticos Maestros, y en estos casos quien predica siele ser fiel a lo que predica.
Gracias por ofrecernos tu opinión sobre el tema.