Apolonio nació en Tiana, Capadocia, alrededor del año 16.
Desde niño exhibió excepcionales poderes mentales siendo enviado luego a Tarso para perfeccionarse. Habiendo superado a sus maestros se fué a Aegae donde se reunió con los sacerdotes del templo de Asclepio, realizando numerosos milagros de curación. Introducido a las doctrinas pitagóricas practico su voto de silencio, viajando luego a Antioquía donde enseñó en el Templo de Apolo. Realizó extensos viajes por Babilonia, India, Grecia y Roma. Habría llegado a los Himalayas.
Filóstrato, su biógrafo, lo describe como un taumaturgo, dotado de poderes extraordinarios. Entendía todas las lenguas, incluso, según la tradición, el lenguaje de los animales.
Ejerció considerable influencia sobre el Imperio Romano a través de cinco de sus emperadores: Nerón, Vespasiano, Tito, Domiciano y Nerva. Cuando Nerón decretó la prohibición a los filósofos para permanecer en Roma, fue llevado a juicio. Habiéndose preparado un largo escrito con acusaciones, fue llevado al tribunal. La tradición nos cuenta, que al abrirse el rollo para su lectura las palabras desaparecieron súbitamente.
“No hay muerte de nadie, sino sólo en apariencia, así como no hay nacimiento de ninguno, salvo en lo exterior. El cambio de ser a devenir parece ser nacimiento. El cambio de devenir a ser, parece ser muerte, mas en realidad ninguno realmente nace, así como ninguno realmente muere. Es simplemente el hacerse visible y luego invisible; la primera por la densidad de la materia, y la última por la sutileza del Ser, Ser que es siempre el mismo, siendo su único cambio el movimiento y el reposo.”
Apolonio de Tiana
Apolino...
ResponderEliminardicen...
se cuenta...
fue una de las vidas de Jesús.
Gracias.
Eso he leído en algún sitio. Probablemente fuese así.
ResponderEliminarGracias por el comentario y visita Olga i Carles