En la saliente Era de Piscis, El Cristo, dio a conocer el "Padre Nuestro", una plegaria bien conocida y ampliamente recitada por una buena parte de la humanidad (aunque a veces pronunciada de forma automática y sin prestar plena atención al significado que la misma quería transmitir). Al margen de su significado y de su utilidad en la época pasada (aunque continua teniendo vigencia en la actualidad), fue dada en un periodo mundial dominado principalmente por la devoción “individual” hacia lo Superior.
En esta nueva Era de Acuario que empieza a hacerse sentir, se ha dado a conocer a la Humanidad (ya era utilizada por los Maestros anteriormente) la LGI (La Gran Invocación). Es una plegaria para invocar energías espirituales superiores, las cuales, mediante la Ley de Correspondencia, son evocadas de lo Superior hacia lo inferior.