domingo, 25 de septiembre de 2016

BHAGAVAD GITA - Parte III. El Secreto de la Acción (IV) - Reflexiones Personales -

 

Basándome en una selección de citas que he considerado mas relevantes de la Parte III - "El Secreto de la Acción" del libro "Bhagavad Gita El Mensaje del Maestro", escribo a continuación unas reflexiones personales sobre las mismas.  Están relacionadas con la entrada publicada en fecha anterior, la cual podéis consultar si lo deseáis desde el siguiente enlace:

BHAGAVAD GITA - Parte III. El Secreto de la Acción (IV)


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"Se engaña quien cree que por abstenerse de la acción evitará sus resultados.

De esta suerte no puede alcanzar la felicidad, pues la inacción no existe. El universo está en constante actividad y nada en él puede substraerse a la ley general."

El karma no se genera únicamente como consecuencia de acciones realizadas. El Universo es dinámico y todo tiene una labor a desempeñar para que en el mismo exista la armonía. El no realizar una acción, si esta impide el correcto funcionamiento del equilibrio Universal, generará unas causas, que a su vez generarán unos efectos, cuya función ese devolver y ajustar ese equilibrio perdido.

Si tenemos unas obligaciones a cumplir, el hecho de obviarlas no nos eximirá de las mismas.

 
 
 
"Los hombres se ligan a las acciones que ejecutan con apetencia de ganancia o recompensa."

Como se comentó en el artículo anterior, el esperar recompensa (deseo que genera una causa) por el fruto de una acción, lo liga al mismo.

jueves, 15 de septiembre de 2016

BHAGAVAD GITA - Parte II. Enseñanza Esotérica (III) -Reflexiones personales-




Basándome en una selección de citas que he considerado mas relevantes de la Parte II - "Enseñanza Esotérica" del libro "Bhagavad Gita El Mensaje del Maestro", escribo a continuación unas reflexiones personales sobre las mismas.  Están relacionadas con la entrada publicada en fecha anterior, la cual podéis consultar si lo deseáis desde el siguiente enlace:

BHAGAVAD GITA - Parte II. Enseñanza Esotérica (III)


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"Lo irreal no es el ser, pues descansa en la ilusión y el falso conocimiento. Pero aquello que es, nunca dejó ni dejará de ser, pese a las apariencias."

El verdadero Ser, al margen de la forma externa  por la que se manifieste ("apariencias"), siempre ha existido y existirá. Es la forma lo que desaparece pero no la Vida que se expresa a través de ella.
 
 
 
"...el hombre real no nace ni muere. Siempre ha sido y seguirá siendo eternamente. El cuerpo puede morir y ser muerto, mas el espíritu que mora en el cuerpo no puede morir. Así pues, ¿cómo creer que quien sabe que el verdadero hombre es eterno e indestructible, caiga en la ilusión de suponer que pueda matar, matarse o ser muerto?"

El auténtico ser humano (lo que realmente es y no lo que cree ser), no tiene ni principio ni fin. Las envolturas que lo envuelven (su cuerpo), al estar compuestas de materia, pueden desaparecer (en realidad quizá sería mas apropiado decir se transforman, ya que los átomos de los que está compuesto no desaparecen, se transforman, pero no por ello dejan de existir), pero no la Energía Vital que lo vivifica, el Espíritu. Por lo tanto, si identificamos al ser humano con el Espíritu en vez de con los cuerpos de los que está compuesto, éste es imperecedero.

sábado, 3 de septiembre de 2016

EL CUIDADO DEL ALMA



Un bellísimo artículo de profundas reflexiones, extraído de Facebook y compartido por Loli Bermúdez en el grupo Jerarquía Espiritual.

Que lo disfrutéis

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"EL CUIDADO DEL ALMA.

 En la actualidad todo el mundo quiere cuidar su cuerpo, su apariencia, su imagen. Mantener a toda costa la juventud. La publicidad, los medios de comunicación, muestran a un ser humano siempre joven, delgado, fuerte, musculoso o sensual. Una suerte de adolescente crónico que huye de las arrugas, de las canas, de los kilos, de los años. Se habla de la atención constante al cuerpo físico cuando en verdad, si algo en nosotros ha de hacernos sufrir es precisamente ese cuerpo material que día a día se va consumiendo como la cera de una vela. En realidad se trata del cuidado del ego, con todas sus flaquezas, debilidades y miserias, que tarde o temprano muestran su ilusoria y evanescente apariencia.

 ¿Y que hay del cuidado del alma?

 El alma como luz, como energía, frecuencia, vibración y poderosa radiación, a despecho de las interpretaciones teológicas o psicológicas que la sitúan en un limbo emocional o astral. (Te amo con toda mi alma, mi alma sufre, tengo el alma herida...) en verdad el alma no sufre ni hace sufrir. El alma es la Presencia y el Recuerdo del Divino en nosotros que los maestros del vedanta describen con la bella expresión Sat Chit Ananda: perfecta existencia, perfecta consciencia y perfecta beatitud eterna. El alma como fuente de vida, de amor y de luminiscencia irradiante que sobrevive a la vejez y a la muerte.

 Al igual que alimentamos, entrenamos o cuidamos nuestro cuerpo, también el alma y debe ser ser nutrida. ¿Y que es el alimento del alma? Los instantes de amor, de belleza, de armonía, de compasión, de empatía, de alegría. Escuchar música santa, leer libros que emanen de sabios, contemplar y respirar en la Naturaleza, caminar por la playa al ritmo de Yo Soy El; abrazar a los árboles (señores del bosque) sentir el aroma sacro del silencio en los momentos de éxtasis espiritual, percibir el perfume oculto bajo las arenas del desierto o incluso en el bullicio de una gran ciudad, la paz que sobrepasa toda comprensión, el amor subyacente, la luz que se presiente aún en medio del maremagnun del vivir, en el metro o el autobús.

 Sonreír, perdonar, perdonarse, bendecir, bendecirse, curar a los demás, curarse a sí mismo, aliviar al sufrimiento de los seres, rescatar, rescatarse. Regar una planta, acariciar, escuchar y no oír, dar de comer al hambriento y de beber al sediento, vivir cada día como si fuera nuestro último momento sobre esta Tierra, no entristecer a nadie, reírse (sobre todo de sí mismo) llorar solo de amor, de alegría o de belleza. Danzar con el alma al aire, abrazar con el alma a la intemperie.

 Ser amables, generosos, altruistas. Afirmar con rotundidad que somos el Universo en persona, que estamos solo paso en este mundo, que somos una suerte de astronautas de visita en este planeta. Que simples subfructuarios de lo tenemos o somos (mas bien de lo que creemos ser o tener) Que la vida humana es solo un episodio en la aventura cósmica de la existencia, un acto en el gran teatro del Universo. Que todos somos náufragos y debemos ayudarnos los unos a los otros. Que no somos este cuerpo, ni esta mente, ni esta memoria, ni este carácter o personalidad. Que habitamos una mente, un cuerpo material, pero que en realidad somos luz encarnada en lo orgánico, materializada en lo concreto, y que un día volveremos a la luz, pues estamos hechos de amor y de luz.

 Carmelo Rios"
 
 
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